Santo Domingo, 1 de abril de 2025 – El empresario y comunicador Santiago Matías, conocido popularmente como Alofoke, ha vuelto a encender las redes sociales con un nuevo anuncio: una marcha propia en Friusa, programada para el 27 de abril, con el objetivo de protestar contra la inmigración haitiana y «levantar la dominicanidad». Tras su controvertida participación en la marcha del 30 de marzo organizada por la Antigua Orden Dominicana (AOD), donde fue acusado de desviar la ruta y provocar disturbios, Matías busca ahora tomar las riendas y demostrar su poder de convocatoria. Sin embargo, las dudas sobre su influencia real fuera del mundo digital han desatado un debate mordaz: ¿tiene Alofoke verdaderos seguidores o solo un ejército de bots que cabrían en una guagua voladora?
La solicitud de autorización para esta nueva marcha, depositada ante el Ministerio de Interior y Policía, promete ser «pacífica y ordenada», abarcando Friusa, Mata Mosquito y toda Punta Cana. Matías asegura que su intención es pisar suelo dominicano sin restricciones, algo que, según él, no se logró en la manifestación anterior debido a lo que llamó «el perímetro» impuesto por las autoridades. Pero en las redes, el tono es menos solemne y más burlón. Voces críticas sostienen que su base de apoyo podría ser más virtual que tangible, sugiriendo que «si quitas los bots, los seguidores de Alofoke caben en una guagua de las que vuelan por la Duarte, y eso si no se pelean por el asiento».
El escepticismo no es nuevo. Desde hace tiempo, usuarios en plataformas como X y analistas de redes han cuestionado si el alcance de Matías –con millones de seguidores en Instagram y una presencia constante en debates nacionales– se traduce en una movilización real o si es solo «bulto y globo». «Santiago tiene multimedia, pero ¿gente de carne y hueso? Eso está por verse», escribió un usuario en un hilo viral. Otro añadió con sarcasmo: «Que autoricen la marcha, pero que él mismo garantice el almuerzo, porque si son 20 personas, con una caja de pollo frito resuelve».
La marcha de Friusa del pasado domingo, donde Matías llegó con un equipo de seguridad privado y fue señalado por testigos como responsable de tensiones con la Policía, dejó más preguntas que respuestas sobre su liderazgo. Aunque él y la AOD negaron las acusaciones, el incidente alimentó la narrativa de que su protagonismo podría ser más ruido que sustancia. Ahora, con esta nueva convocatoria, la presión está sobre sus hombros para demostrar que puede llenar las calles, no solo las pantallas.
«Las redes dicen que todo es puro show», comentó un locutor local en su programa matutino. «Si la autorizan, será el momento de la verdad: o saca a la gente o queda claro que su poder es un espejismo de likes y retuits». Algunos incluso proponen un desafío logístico: «¿Cuántos realmente irán? Si son pocos, que alquile una voladora y listo. Eso sí, que no se olvide del sazón, porque sin almuerzo no hay marcha que valga».
Las autoridades aún no han respondido a la solicitud, pero el debate ya está servido. Entre quienes lo ven como un líder emergente y quienes lo tildan de «humo digital», la marcha de Alofoke promete ser un termómetro de su influencia real en la República Dominicana. ¿Logrará movilizar a las masas o terminará siendo una procesión simbólica que quepa en un solo vehículo? Solo el tiempo –y tal vez un buen menú– lo dirá. Por ahora, el país espera, algunos con expectativa, otros con una sonrisa irónica.

